sábado, 20 de junio de 2020

"El fin del fin de la Tierra", de Jonathan Franzen.

"De todos los errores que cometí en la ciudad a los veintiún años, el que más lamento es no haber sido capaz de imaginar que los neoyorquinos negros que tanto miedo me daban podían estar aún más asustados que yo."

"En Copenhague, en 2009, el presidente Obama hizo poco más que ratificar un hecho consumado cuando renunció a establecer un compromiso de Estados Unidos con objetivos de reducción vinculantes. Al contrario que Bill Clinton, Obama fue sincero al valorar cuánto podía esperarse de Estados Unidos, en términos de acción, en la lucha contra el cambio climático: nada."

"Jamieson sugiere que la inacción de Estados Unidos es una consecuencia de la democracia. Una buena democracia, al fin y al cabo, actúa en función de los intereses de sus ciudadanos, y son precisamente los ciudadanos de las principales democracias emisoras de carbono quienes se benefician de la disponibilidad de gasolina barata y del comercio global, mientras que quienes no pueden votar cargan con las peores consecuencias de nuestra polución: los países más pobres, las generaciones futuras, las demás especies."

"Solo la apreciación de la naturaleza como una suma de hábitats específicos amenazados, más que la noción de algo abstracto que «se está muriendo», puede impedir la absoluta desnaturalización del mundo."