martes, 22 de enero de 2013

Un mundo feliz, de Huxley.



El libro habla por encima de todo, de la felicidad. No me parece una crítica a los sistemas autoritarios, como podría ser 1984, sino que este es más filosófico, se centra en el problema de la felicidad, de la realidad de buscar un imposible como es ser totalmente feliz, y no solo una persona, sino una sociedad. Plantea que la única manera de que toda la sociedad fuese feliz, sería tenerla engañada, o al menos condicionada desde antes de nacer, para que todos sean felices, ya sea trabajando en un laboratorio, ya sea limpiando mierda. Y parece que, pese a ser ciencia ficción, sería la única forma real de que todos fuésemos felices.

Creo que Huxley no se dedica a criticar esa estúpida búsqueda de la felicidad (digo estúpida porque muchas veces escribe de manera que ridiculiza deliberadamente a esa sociedad y sus formas), sino que más bien expone una idea que le parece una única manera de llegar a esa meta, pero solo lo expone, y deja que el lector siga sus propias deliberaciones, sobre si preferiría vivir en un mundo feliz, engañado o si prefiere la dura realidad.

Era sabido que a Huxley le gustaba experimentar con drogas, y evidentemente el soma es una idea de droga utópica; no crea dependencia, vuelve a las personas más sociales y felices y no tiene efectos secundarios. Además, una dosis más alta tiene efectos alucinógenos que les hacen "descansar, tomarse unas vacaciones de la realidad". Es clínicamente perfecta.

Es el pilar de apoyo al condicionamiento. Desde fetos, se nos dice lo que nos va a gustar y lo que no, y si de adultos hay alguna grieta, ahí está el soma para rellenarla, para que te sientas bien, para que no pienses. La anulación del pensamiento crítico. Ahí aparece la prohibición de la literatura, la expresión ancestral de la angustia humana, el quebradero de cabeza para el hombre feliz. El hombre feliz ya no necesita pensar, lo tiene todo.

Cuando aparece el salvaje es un giro clásico de cualquier novela. El contrapunto a esa sociedad y la disyuntiva para algunos de los personajes de que hay otro camino y otra forma de vida, donde la literatura de Shakespeare ayuda a entender la vida y donde tiene mucho sentido plantearse ciertas preguntas. Pero de una manera nada autoritaria, muy lejos de un estado policial, la sociedad de un mundo feliz acaba con la vida del salvaje llevándolo a suicidarse. Esto se describe de una forma un tanto extraña al final del libro, de manera que Huxley deja interrogantes. ¿Se suicidó porque no podía soportar la visión de un mundo así, donde la gente vive engañada e inculta, dando la espalda a la verdadera historia y sentimiento humano, sin buscar más metas que una felicidad instantánea o por el contrario se suicidó porque no podía soportar la idea de haber visto un mundo tan ideal sabiendo que nunca podría llegar a formar parte de él, sabiendo que sería infeliz el resto de sus días?

Esa es la cuestión que plantea el libro: la felicidad a cualquier precio. ¿Y tu que escogerías, ser feliz mutilando tus sentimientos con drogas y condicionamiento o ser humano, con olas de infelicidad y angustia salpicadas con buenos momentos?