"Los monstruos existen —escribía Primo Levi sobre su experiencia en Auschwitz—. Pero son demasiado poco numerosos como para constituir un auténtico peligro. Más peligrosos son […] los funcionarios dispuestos a creer y actuar sin hacer preguntas."
"El propio Leopoldo acudió a ver a los congoleños (a la exposición en Bélgica)—su sueño hecho realidad— y fue presentado a uno de sus jefes. Al decirle que algunos africanos padecían indigestión por los bocados y dulces que les daba el público, ordenó colocar una señal equivalente a la de «no arrojar comida a los animales». El cartel decía: LOS NEGROS SON ALIMENTADOS POR EL COMITÉ ORGANIZADOR. En realidad, comían —y dormían— en los establos reales."